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martes, 1 de marzo de 2011

la no respuesta 4






SUEÑOS PREMONITORIOS


Nadie sabe a ciencia cierta por qué la naturaleza nos ha obsequiado con las imágenes oníricas. Psicólogos, filósofos, científicos y ocultistas han intentado ofrecer una explicación más o menos coherente, dando lugar a una extensa literatura sobre el contenido de los sueños: sueños curativos (para prevenir y combatir enfermedades), sueños de advertencia y diagnóstico, sueños lúcidos (técnicas para programas los sueños y cambiar nuestras vidas física y psíquicamente), sueños de autoconocimiento...
No cabe duda de que en buena parte de estos ejemplos las imágenes oníricas constituyen símbolos y arquetipos universales de nuestras emociones más profundas y aunque existen numerosos manuales y catálogos sobre clasificaciones e interpretaciones de sueños, el análisis último de la actividad onírica depende de las circunstancias que rodean al soñador y su forma de concebir el mundo físico. Pero, ¿qué ocurre cuando estos sueños se convierten en un medio de conocimiento sobre hechos futuros?
Está demostrado que el sueño es un campo de abono ideal para que se manifiesten espontáneamente fenómenos de percepción extrasensorial (PES), pues un gran número de este tipo de experiencias sucede mientras dormimos. Sigmund Freud recopiló casos de supuesta telepatía onírica y llegó a la conclusión de que el sueño crea condiciones favorables para ésta. Su discípulo Carl G. Jung, se reafirma mucho más en esta cuestión y se muestra firmemente convencido tanto de la existencia de sueños telepáticos en las visiones nocturnas (esto es, proyecciones en imágenes de un pensamiento captado por nuestro cerebro), como de los sueños premonitorios (serian imágenes sobre acontecimientos futuros que nuestro subconsciente nos envía al dormir).


El científico griego Demócrito creía que existían ciertas “emanaciones” de otras personas u objetos que podían introducirse en la conciencia durante el reposo, produciendo los sueños telepáticos. El enigmático lenguaje onírico, desconcertante muchas veces, no nos debe pasar desapercibido. Son numerosas las personas que han podido percibir escenas de hechos que han ocurrido posteriormente. Accidentes, catástrofes y desgracias son los ejemplos más frecuentes en los sueños premonitorios. En ocasiones, este tipo de sueños están encubiertos por simbolismos que desvelaremos utilizando, por supuesto, la lógica y en gran medida la intuición.





Sueños precognitivos

Una característica a destacar en los sueños premonitorios o proféticos que se ha comprobado estadísticamente es la probabilidad de que el sueño se transforme en realidad al poco tiempo de haber tenido lugar.


En algunos casos de sueños premonitorios las escenas aparecen fragmentadas como en un rompecabezas dificultando la interpretación. Aunque, personas que han tenido sueños precognitivos desde la niñez coinciden en señalar que en el sueño psíquico las escenas son muy reales, como documentales, y el soñador siempre está ausente del mismo.
Normalmente las personas que tienen este tipo de experiencias saben discernirlas del sueño normal por su intensidad y el grado de impacto que reciben. También puede darse la circunstancia de que el mismo sueño sea compartido por más de una persona, como parece suceder en algunos accidentes y catástrofes. Un ejemplo de precognición onírica compartida fue el accidente de aviación del boxeador Rocky Marciano, campeón del mundo de los pesos pesados. Su muerte, aseguran, fue soñada antes por varias personas.


El filósofo alemán Arthur Schopenhauer atribuía los sueños proféticos a una videncia sonambular, porque en los sueños de esta clase no se efectuaba un despertar inmediato. Explicaba los sueños precognitivos de la siguiente forma: “Este tipo de sueños dan prueba segura e inevitable de un nexo del ser que depende de un orden de cosas completamente distinto de la naturaleza, en cuanto que tiene por base las leyes del espacio, del tiempo y de la casualidad; mientras que aquel orden es más profundamente cimentado, primitivo e inmediato; por eso anula por él las más generales leyes de la naturaleza, porque son puramente formales”. Realmente este fenómeno se escapa a las indagaciones hechas por los hombres, contrastando con las leyes de la naturaleza conocidas en la actualidad.

Según las teorías ocultistas, los sueños son transmitidos cuando nuestra alma, liberada de nuestras ataduras carnales por medio del sueño, que es la “pérdida de conciencia”, puede entrar en contacto con el más allá y extraer imágenes de acontecimientos que aún están por venir. La realización o no de los sueños proféticos depende de las posiciones astrales.

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