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viernes, 4 de febrero de 2011

Los dragones del cielo



El dragón oriental, de colores que van del dorado a los verde azulados, de tonos oscuros a casi blancos hay tres subespecies la japonesa, la china y la indonesia, siendo la diferencia entre las razas el número de dedos en sus patas, tres, cinco y cuatro respectivamente.



El dragón tibetano, habitante del Tíbet y el Himalaya, su única diferencia con su vecino es su color, que va del amarillo al escarlata o al rojo carmín. Su dieta es el famoso Yeti (hombre mono de las nieves).



El cóatl, (Quetzalcóatl) es una serpiente emplumada, no tiene patas pero si un par de alas como pájaros, a diferencia de los dragones occidentales que son más como murciélagos; el Coatl de los pueblos mesoamericanos es la representación de la fertilidad y la lluvia, al igual que los dragones orientales. Es el único representante de la familia de los dragones que existe en las Américas. Seguramente una especie relativamente nueva, recordemos que las aves descienden de los reptiles (dinosaurios). El nombre de Quetzalcoatl significa lo que vuela (quetzal–ave), lo que se arrastra (coalt–serpiente), es un dios que abarca todas las cosas, de ahí el sobrenombre de serpiente emplumada.





Las Anfipteras (Amphipteres) habitan del cercano oriente hasta india. Tienen el cuerpo de serpiente pero dos pares de alas emplumadas, similar al quetzalcoatl, pero de menor tamaño. Se dice que en Arabia y Egipto estos pequeños dragones venenosos acabaron en los estómagos de las ibis. Su origen parece ser egipcio, entre sus representantes en la tierra del Nilo tenemos a Apep (el Apofis griego) en la versión del demonio egipcio y las diosas serpientes Mertseger (guardiana del valle de los reyes) y Buto (que aparece protegiendo al faraón, siempre representada en su corona). En Fenicia se las conoce como Agathos Daimon (y como los daimones griegos protegen las casa, un posible recuerdo venido de la costa africana cercana).

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