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martes, 9 de noviembre de 2010

HISTORIA DEL TATTOO 2






El estilo CELTA



El tatuaje CELTA se caracteriza por la simetría y perfección de los diseños. Son mayormente gráficos laberínticos, con lineas muy cruzadas y formas circulares concéntricas que van encimándose una a otras. El orígen de estos complicados diseños se remonta a los monasterios celtas, en la antigua Escocia, donde los monjes pasaban meses dibujando los motivos que luego adornarían los escudos de los guerreros, y que ellos creían les darían fuezas, poder y protección divina.



Un poco de Historia



El término “tatuaje” es en realidad una adaptación a nuestra lengua de la palabra inglesa “tattoo”, que deriva a su vez del vocablo polinesio "tatau", cuyo significado es "cortar o herir", y que guarda relación con la práctica que implica la penetración de tinta o pigmentos bajo la piel. Enterate un poco mas con este rapido repaso por la historia de las culturas que practicaron este arte milenario.



TATUAJE MAORI



El arte del tatuaje estaba reglamentado mediante estrictas leyes y sólo podía ser practicado por maestros de reconocido ascendiente social, que algunas veces también actuaban como guías espirituales. Tradicionalmente, el tatuaje se realizaba usando una herramienta afilada y tinta indeleble oscura, hecha a base de cenizas de cáscara de coco mezclada con aceite de coco o agua caliente. Las herramientas para punzar la piel eran huesos o dientes de animales (por ejemplo de tiburón), conchas de mar o pedazos de caparazón de tortuga. El proceso de tatuaje era muy doloroso y mientras se realizaba, el tatuador y sus asistentes entonaban cánticos rituales. Como parte del ritual, cada gota de sangre se limpiaba rápidamente para evitar que cayera al suelo.



En la cultura de las islas Marquesas el arte del tatuaje se expresa entre los hombres a través de formas geométricas que llegan a cubrir todo el cuerpo, incluyendo la cara y hasta la lengua. Las mujeres sólo se tatúan los hombros, la parte inferior de la espalda, las manos y el borde de los labios. La enorme variedad de diseños se relacionan con la naturaleza (animales como tortugas, tiburones, pájaros o iguanas; plantas como el bambú, la caña de azúcar, los cocoteros, etcétera) o con algunas leyendas o actividades como la pesca. Ciertas figuras denotaban identidades sociales: por ejemplo, sólo podía tatuarse una iguana en la cara una persona de rango social muy alto.



Para los maori de Nueva Zelanda el tatuaje también es esencial como signo de identidad cultural. En lengua maori, el tatuaje tradicional se conoce como moko y en términos formales se define a través de la simetría. Hasta principios del siglo XX, los hombres maori lucían tatuajes en la cara y en la parte baja del cuerpo, entre la cintura y las rodillas. Las mujeres se tatuaban alrededor de la boca y en el mentón. Los diseños típicos de los moko faciales de los hombres consistían en líneas paralelas de la nariz al mentón y sobre las cejas hacia las orejas. También adornaban sus mejillas, nariz, frente y mentón con diseños espirales o curvilíneos. La tradición maori considera los diseños del moko tan personales, que algunos hombres firmaban documentos con ellos. Asimismo, las esculturas de madera representando a los ancestros colocadas en sus casas de reunión también tienen su moko distintivo. Según la mitología maori, el tatuaje, el tejido y la escultura fueron entregados a los hombres por la diosa del Nacimiento. Por ello se establece que cada moko contiene un simbolismo de nacimiento-muerte que une a todos los seres humanos con sus ancestros.

Como sucedió en otras islas del Pacífico, en el antiguo Japón usaron tatuajes personajes notables; pero con el tiempo terminó por estar reservado para aquellos que habían cometido crímenes serios y los individuos tatuados eran marginados de la sociedad. El emperador Matsuhito, ante la apertura de Japón al Occidente, decidió prohibir los tatuajes para no dar la impresión de salvajismo ante los extranjeros.



Hacia finales del siglo XVIII la práctica del tatuaje se volvió popular en Europa gracias a los exploradores de los mares del Sur. El término tatuaje deriva de la palabra tahitiana Tatau, que significa algo así como “golpear repetidamente”, y hace alusión a la manera en que tradicionalmente se realizaban las marcas sobre la piel. Este vocablo fue introducido a Occidente por el explorador inglés James Cook, quien conoció el arte del tatuaje en las islas Marquesas. Banks, artista científico que navegó con el capitán Cook, describió en 1769 el proceso del tatuaje en la Polinesia. Los marineros de la expedición de Cook iniciaron la tradición de los hombres de mar tatuados y extendieron rápidamente esta afición entre otros europeos.

Cuando llegaron los misioneros religiosos a las islas del Pacífico, una de sus primeras acciones fue prohibir terminantemente el tatuaje tradicional, con lo cual este arte fue olvidado durante cientos de años. Pero renació en la década de los años 80 del siglo XX y actualmente se practica con fuerza renovada en esa zona del mundo, especialmente en Borneo, las islas Marquesas, Tahití y Hawaii.



HISTORIA:

El tatuaje parece tan antiguo como el hombre mismo. Se han encontrado evidencias en algunas momias y en pueblos como los Escitas en Asia y los Incas en América. En un principio, la utilización del tatuaje estuvo vinculado con el pensamiento mágico-religioso y la creencia de la vida ultraterrena. También era usado para impresionar y asustar a los enemigos en los campos de batalla. Los griegos acostumbraban tatuarse serpientes, toros y motivos religiosos.



Pero, al igual que los romanos, utilizaron esta técnica para marcar a los prisioneros. Con la llegada del Cristianismo, y la consolidación de la Iglesia Católica esta práctica fue desterrada por considerarla sinónimo de idolatría y superstición. El surgimiento de los gremios de artesanos, durante la Baja Edad Media y la expansión de los viajes de ultramar, durante el Renacimiento, provocaron la difusión de esta costumbre, incluso en el Nuevo Continente. Durante las Guerras Mundiales, el tatuaje representó una señal de pertenencia entre los soldados. A partir de la década del 60′ se convirtió en sinónimo de rebeldía. En cada época, el tatuaje ha estado presente sobre la piel de muchos hombres, como testimonio de su carácter perenne.



El origen de la palabra Tatuaje es incierto se dice que deriva de la palabra Ta del Polinesio “golpear”, o de la antigua práctica de crear un tatuaje por medio del golpeteo de un hueso contra otro sobre la piel con el consiguiente sonido “tau-tau”. La palabra latina para tatuaje es estigma, y el significado original se refleja en los diccionarios modernos. Entre las definiciones de estigma están “marca hecha con un instrumento afilado”, “marca para reconocimiento hecha en la piel de un esclavo o criminal” y “marca de culpabilidad”.

El tatuaje se usaba como castigo, y los individuos acusados de sacrilegio debían ser tatuados. Debido a esto, los médicos griegos y romanos empezaron a practicar la remoción de tatuajes. Se abandonó lentamente el tatuaje de esclavos y criminales al extenderse el cristianismo en el Imperio Romano.

Los cristianos eran hostiles al tatuaje ya que creían que si Dios había creado al hombre a su imagen y semejanza, era pecaminoso que el hombre tratara de alterar su imagen, por esto el emperador Constantino, primer emperador cristiano de Roma, emitió un decreto en contra de esta actividad. A pesar de esto, existen registros de que los guerreros religiosos de las Cruzadas se hacían tatuar crucifijos para asegurarse un entierro cristiano, también los peregrinos que iban a Jerusalén se hacían tatuar crucifijos para recordar su viaje y como presencia constante de su fé.



A pesar que Aztecas y Hopis no usaban tatuajes, se asoció el tatuaje en NorteAmérica con prácticas religiosaas y mágicas, era un rito simbólico del pasaje a la pubertad y una marca única que permitiría que el alma superara los obstáculos en su camino a la muerte. Muchas tribus practicaban el tatuaje terapéutico cuya ceremonia era acompañada por canciones y danzas que se suponía exorcisaba los demonios. Los únicos registros precolombianos sobrevivientes se encuentran en esculturas representados por líneas grabadas en los cuerpos de figuras humanas.



El arte del tatuaje fue redescubierto por los exploradores. Banks, artista científico que navegó junto al Capitán Cook, describió en detalle en 1769 el proceso del tatuaje de la Polinesia. Los marineros de Cook iniciaron la tradición de los hombres de mar tatuados y desparramaron rápidamente esta afición entre los marineros, quienes aprendieron el arte de los tatuadores polinesios, lo practicaron a bordo y luego instalaron sus estudio de tatuaje en los puertos. También fueron los viajes de Cook los que describieron el arte Moko entre los maoríes, un elaborado y muy doloroso proceso que duraba meses y que daba por resultado diseños negros en espiral y a rayas.



Uno de los primeros tatuadores profesionales fue C.H.Fellows. Se considera que el primer estudio de tatuajes fue abierto en 1870 en Nueva York por Martin Hildebrandt, inmigrante alemán. Su mayor competencia fue Samuel O´Reilly inventor de la máquina de tatuar en 1891; la patentó y ofreció a la venta conjuntamente con los colores, diseños y otros suministros, esta máquina estaba inspirada en una maquinaria inventada por Thomas Edison.



Alrededor del 1900 existían estudios de tatuaje en casi todas las ciudades importantes. La mayoría de las imágenes tradicionales de U.S.A. se originaron en los diseños de Lew Alberts, que dominaron los temas patrióticos, sentimentales y religiosos por más de 50 años. Asimismo, Charles Wagner introdujo muchas innovaciones, fue el primer tatuador americano que practicó con éxito el tatuaje cosmético, tatuó perros y caballos como medio de identificación y experimentó con métodos químicos para remover los tatuajes. Por todo ello podemos considerar que estamos en presencia de una evolución continua de un arte con orígenes profundos y universales en la humanidad.



El tatuaje era una parte natural de su vida y arte y tenía un profundo significado cultural y social, inclusive según Marco Polo en su “Travels” el respeto a una persona se medía por la cantidad de tatuajes que la misma tuviera.

También se usaban en la antigüedad para impresionar y asustar a los enemigos en el campo de batalla como fuera utilizado por antiguas poblaciones de las Islas Británicas, cuyos guerreros tatuaban sus caras y cuerpos para estar preparados para la guerra, no sólo lograban espantar a sus enemigos sino que también consiguieron gracias a esta costumbre sus nombres, que derivaron de raíces celtas y latinas con significados vinculados al tatuaje.





TATUAJES JAPONESES:



A pesar de sus inicios gloriosos en el 500 D.C. en Japón como adorno del primer emperador, el tatuaje estaba reservado para aquellos que habían cometido crímenes serios. Los individuos tatuados eran aislados por sus familias y se les negaba cualquier participación en la vida comunitaria. Esto debido a la idiosincrasia japonesa era el peor de los castigos posibles para un japonés. Se solían aplicar marcas en los brazos o frente identificando de qué prisión venía la persona.



El tatuaje era asociado con la mafia constituída por los yakuza que a pesar de estar fuera de la ley, poseían un estricto código moral para defender a la gente común. Expresaban sus ideales por medio del tatuaje ya que el proceso era doloroso para mostrar valentía, era permanente para mostrar lealtad de por vida a la banda y al ser ilegal los convertía en marginales para siempre.

El tatuaje japonés clásico usa héroes legendarios y motivos religiosos, que pueden combinarse con decoraciones florales, lunas, paisajes y animales simbólicos como dragones y tigres, contra fondos de olas, nubes y rayos. Los diseños no eran pequeños ya que se trasladó la pintura tradicional a los cuerpos dando por resultado dibujos grandes que cubrían en su totalidad espaldas, pechos y costillas. Se cree que el tatuaje de cuerpo entero proviene del querer ocultar las marcas de castigo. Este tipo de tatuaje se encuentra desde finales del siglo XVIII, los diseños más comunes eran los budistas, así como escenas del “Sukoden”. Representaban un gran compromiso emocional y económico, y cada diseño se asociaba a un atributo que pasaba a formar parte del individuo tatuado.

Durante el siglo XVIII este arte se convirtió en una manía coleccionista entre las clases obreras, principalmente gracias al bestseller chino “Sukoden” cuyos personajes eran 108 marginales considerados como héroes por haberse rebelado contra la autoridad. Utagawa Kuniyoshi hizo placas con imagenes de cada uno de los héroes tatuados consideradas hoy en día como piezas de colección. Durante este período en EDO, antiguo nombre para Tokyo, se desarrolló la cultura popular de Japón y florecieron las artes y diversos entretenimientos. El arte japonés de impresión en madera se ajustó a las necesidades de este período, las impresiones se llamaban ukiyoe y tuvo gran influencia sobre el tatuaje. Era común que los amantes llevaran cada uno la mitad de un tatuajes que al juntarse formarían un solo tatuaje (irebokuro). También estaba de moda formalizar su relación delante de los dioses, pero lejos del mundo por medio de tatuajes creados en el templo.



Este movimiento duró hasta 1842 cuando el emperador Matsuhito, ante la apertura de Japón al occidente, decidió prohibir los tatuajes para no dar la impresión de salvajismo ante los extranjeros. También se prohibió porque contradecía la doctrina de Confucio respecto a mantener el cuerpo de la misma forma en que se recibe al nacer. Pero fueron los mismos extranjeros los que alabaron este arte, e inclusive algunos visitantes famosos como los nietos de la Reina Victoria, el heredero ruso Nicolas II y otros dignatarios europeos se tatuaron allí. El tatuaje japonés posee fama mundial por su nivel artístico y se caracteriza por un diseño integral y la sofisticación de las técnicas de dibujo. Tradicionalmente se hacía a mano, por medio de una estaca de madera a la que, de acuerdo con la intensidad del color y el diseño se le añadían hasta una docena de agujas. Mientras se estiraba la piel con una mano se golpeteaba rítmicamente el área a tatuar con la otra. Con el método tradicional un traje entero costaría algunos millones de yens y varios años. Con una visita semanal se necesita un año para completar un tatuaje de cuerpo entero. Este tipo de tatuaje de cuerpo entero (Irezumi) está decayendo. Hoy en día hay en Japón una actitud más complaciente y el tatuaje no es necesariamente una señal de marginalidad.

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